Parque Queulat

El Parque Nacional Queulat es uno de esos rincones de la Patagonia chilena que te deja con la boca abierta. Ubicado en la región de Aysén, combina bosques siempre verdes, cascadas y ríos cristalinos con un clima lluvioso que hace que todo luzca increíblemente frondoso. Pero su gran joya es el Ventisquero Colgante: un glaciar que cae desde lo alto de la montaña y forma una cascada de hielo y agua que parece de otro mundo.

Uno de los imperdibles al visitar el parque es recorrer el Sendero al Ventisquero Colgante, que te lleva hasta un mirador con vista directa al glaciar y al lago formado por el deshielo. Si tienes suerte y el día está despejado, podrás ver los bloques de hielo desprendiéndose y escucharlos retumbar mientras chocan con el agua. ¡Una experiencia inolvidable! Además, en la laguna que hay debajo del glaciar se pueden hacer paseos en bote para sentir todavía más cerca la magia de esta pared de hielo.

Los bosques de Queulat están llenos de árboles como tepas, coigües y arrayanes, que crecen en un ambiente húmedo propio de la selva valdiviana. Entre la vegetación, es probable que te encuentres con aves como el chucao o el huet-huet, y con un poco más de suerte, podrías avistar un pudú (el ciervo más pequeño del mundo) caminando en silencio entre los matorrales.

El clima puede cambiar de la nada, trayendo lluvias intensas y neblinas que cubren las montañas, dándole un toque místico a la experiencia. Así que no olvides tu ropa impermeable ni un buen par de botas para las caminatas por senderos que, aunque a veces embarrados, te llevan a descubrir lugares de belleza única.

En definitiva, el Parque Nacional Queulat ofrece una aventura inolvidable para quienes aman la naturaleza en estado puro. Desde el espectáculo del Ventisquero Colgante hasta la exuberancia de sus bosques húmedos, cada rincón de este parque invita a la contemplación y a vivir la Patagonia de una forma auténtica y cercana.

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