Regíon de Los Lagos

El distrito de los Lagos de Chile, que se extiende por las regiones de Los Lagos y el sur de La Araucanía, es una tierra de notable diversidad geológica y ecológica. La región está moldeada por una cadena de volcanes, incluidos Osorno, Calbuco y Tronador, cuyas erupciones a lo largo de milenios crearon valles fértiles, campos de lava y hermosas cuencas lacustres. El lago más grande, el Lago Llanquihue, cubre más de 860 km², mientras que lagos más pequeños como Todos los Santos y Rupanco están enmarcados por laderas empinadas y boscosas.
La región alberga bosques templados lluviosos, con enormes árboles de coigüe, ulmo y mañío formando densos doseles que protegen una amplia variedad de fauna. Entre los animales nativos se encuentran el esquivo puma, el pequeño pudú y una rica variedad de aves como el carpintero magallánico, el pato de torrente y el carpintero chileno. Los ríos abundan en truchas y salmones introducidos, atrayendo a pescadores de todo el mundo.
Este paisaje natural se complementa con una marcada herencia alemana que se remonta a la década de 1840, cuando colonos trajeron su arquitectura, técnicas agrícolas y tradiciones culinarias. Ciudades como Puerto Varas, Frutillar y Puerto Octay exhiben casas de entramado de madera, paseos ribereños e instituciones culturales como el Teatro del Lago, combinando influencias europeas con la belleza salvaje del sur de Chile. El resultado es una región donde el esplendor natural y la historia cultural se entrecruzan, ofreciendo a los visitantes tanto aventura como una ventana al singular pasado europeo de Chile.

‍1/ Lago Llanquihue

El Lago Llanquihue es uno de los lagos más grandes y pintorescos de Chile, famoso por sus aguas de un azul profundo y sus impresionantes vistas a los volcanes nevados. Para un día relajante, puedes tomar un kayak o una pequeña embarcación en el lago, disfrutando de los reflejos de los picos circundantes.
Los senderos a orillas del lago son perfectos para caminar, trotar o andar en bicicleta mientras contemplas vistas panorámicas. A lo largo de la costa, varios cafés y pequeños muelles ofrecen un lugar tranquilo para disfrutar un café o un pastel local.
Los aficionados a la pesca pueden probar suerte desde la orilla o desde una embarcación, mientras que quienes buscan un momento más tranquilo pueden simplemente relajarse en una de las pequeñas playas y disfrutar del paisaje sereno.

‍2/ Puerto Varas

Puerto Varas, conocida como la “Ciudad de las Rosas”, se ubica a orillas del Lago Llanquihue, con impresionantes vistas a los volcanes Osorno y Calbuco. El paseo costero cuenta con la hermosa Avenida Costanera. A lo largo de ella encontrarás un encantador mercado artesanal con diversos puestos y pequeños cafés que sirven mariscos frescos y caldillos.
Para obtener las mejores vistas de la ciudad y el lago, sube al Parque Philippi. Los senderos serpentean entre los árboles hasta llegar a la gran cruz en la cima, iluminada por la noche, ofreciendo un panorama espectacular.
El paseo junto al lago también es ideal para caminatas relajadas, tomar fotos o disfrutar una porción de kuchen con un café.
Los amantes de la gastronomía pueden probar especialidades locales como la trucha fresca en restaurantes populares como Casa Valdés o La Gringa.

‍3/ Osorno, Frutillar, Puerto Octay

La región alrededor de Osorno, Frutillar y Puerto Octay ofrece una mezcla de encanto cultural, actividades al aire libre y paisajes impresionantes de lagos y volcanes.
En Osorno, no te pierdas el Mercado Municipal, donde puedes degustar quesos locales, carnes curadas y artesanías. Para los amantes de la aventura, caminar por las laderas inferiores del Volcán Osorno brinda vistas panorámicas del Lago Llanquihue y los valles circundantes.

Frutillar es famosa por su bien conservada herencia alemana. Camina por el paseo junto al lago, visita el Teatro del Lago para un concierto o una visita guiada, y explora el Museo Colonial Alemán, que exhibe la arquitectura e historia germano-chilena. Para un desvío escénico, alquila una bicicleta para recorrer la orilla del lago o detente en los cafés locales para probar el famoso kuchen.

A poca distancia hacia el norte se encuentra Puerto Octay, un pequeño pueblo junto al lago conocido por sus coloridas casas de madera y su ambiente relajado. Pasea por la costanera, alquila un kayak en el Lago Llanquihue o camina hasta los miradores del Volcán Calbuco para obtener increíbles oportunidades fotográficas. Detente en los restaurantes locales para disfrutar trucha fresca o cordero patagónico.

‍4/ Parque Nacional Vicente Pérez Rosales y Lago Todos los Santos

El Parque Nacional Vicente Pérez Rosales es uno de los lugares más accesibles y gratificantes para explorar en la región de Los Lagos. Dominado por el Volcán Osorno y cubierto de denso bosque templado lluvioso, el parque ofrece una mezcla de caminatas fáciles, miradores espectaculares y clásicos paisajes patagónicos.
Uno de los puntos destacados es Saltos del Petrohué, donde el río Petrohué cae sobre roca volcánica negra; es una parada sencilla con miradores bien mantenidos, perfecta para fotos.
A pocos minutos, puedes conducir o caminar por la ladera del Volcán Osorno hasta el centro de esquí, que ofrece vistas panorámicas del valle, el Lago Llanquihue y los picos circundantes.

En el corazón del parque se encuentra el Lago Todos los Santos, uno de los lagos más hermosos de Chile por su intenso color esmeralda. Desde Petrohué, puedes tomar un barco hacia Peulla, un pequeño y remoto poblado rodeado de cascadas y bosque lluvioso, ideal para una excursión tranquila.
Hacer kayak en el lago también es una gran opción si buscas algo más activo. Si te gusta caminar, el sendero corto a Laguna Verde o los senderos más largos alrededor de Peulla son excelentes alternativas.

‍5/ Parque Nacional Puyehue

En el corazón del sur de Chile, el Parque Nacional Puyehue es una mezcla de antiguo bosque templado lluvioso, picos volcánicos, ríos glaciales y relajantes aguas termales. Enormes árboles de coigüe, ulmo y mañío forman un denso dosel esmeralda bajo el cual los ríos esculpen su curso, creando un refugio para fauna como el esquivo puma, el diminuto pudú y aves como el carpintero magallánico y el pato de torrente.
Senderos como Antillanca y El Puma llevan a los excursionistas a miradores panorámicos, praderas alpinas y cascadas como Salto del Indio. En invierno, el centro de esquí Antillanca ofrece esquí y snowboard con espectaculares vistas volcánicas, mientras que las aguas termales naturales en el sector Aguas Calientes brindan un descanso ideal tras un día de exploración.
A poca distancia del parque se encuentra el Lago Rupanco, un lago tranquilo enmarcado por montañas y bosques, que ofrece una alternativa más silenciosa a los lagos más conocidos de la región. Sus aguas claras y calmas son perfectas para kayak o pesca.

‍6/ Chiloé

En el Distrito de los Lagos de la Patagonia, a más de 1.000 km de Santiago, la costa chilena se fragmenta en un archipiélago de unas cuarenta islas. La más grande, Chiloé, da también su nombre a esta cadena de roca y vegetación. Separada del continente por el Canal de Chacao, se extiende por más de 180 km de norte a sur. Esta modesta cordillera (de unos 1.000 m de altura) actúa como barrera contra los vientos húmedos del Pacífico.
Para llegar a Chiloé desde Puerto Varas, puedes conducir hacia el sur por la Ruta 5 y luego tomar el ferry desde Pargua a Chacao, que ofrece una travesía escénica hacia la isla y es la ruta más directa para viajeros con furgoneta.

Chiloé es conocida por su larga tradición de tejido (originalmente con lana de llama, hoy de oveja) y cestería con plantas locales. También destaca por su arquitectura única, construida casi en su totalidad en madera debido a su aislamiento y a la escasez de otros materiales. Encantadoras casas con tejuelas de madera finamente trabajadas bordean las calles, y alrededor de sesenta iglesias de la isla están reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Entre las más icónicas están la Iglesia San Francisco de Castro, en la plaza principal de Castro, la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores en Dalcahue y la Iglesia de Quinchao en la isla de Quinchao, cada una ofreciendo un vistazo al patrimonio religioso y cultural de Chiloé.

A lo largo del litoral de Castro, las coloridas casas de madera sobre pilotes, conocidas como palafitos, se reflejan en el agua en marea baja, creando una escena particularmente mágica al atardecer.
Con una excepcional belleza natural, Chiloé alberga un parque nacional de más de 43.000 hectáreas, con playas, lagunas, dunas y bosques habitados por nutrias, lobos marinos, loros, cormoranes grises, pingüinos de Humboldt, gaviotas dominicanas, zorros de Darwin y pudús, entre muchas otras especies.